Monday, June 28, 2004

Press the Eject and give me the tape

En las ultimas dos semanas he tenido conversaciones sobre las cintas de cassette con cuatro personas diferentes, y todas coincidian en lo mismo: echamos de menos las cintas. Evidentemente es una nostalgia irreal, ya que las cintas estan al alcance de cualquiera, y podriamos seguir grabando nuestros discos favoritos en ese formato, y yendo de aqui para alla con el walkman. Es nostalgia de una epoca. De nuestros inicios en la musica, de una adolescenca pasada dandole vueltas al boligrafo para rebobinar la cinta, de los años de instituto en que le ponias los auriculares a un amigo para que escuchara lo que tu, y el te ponia lo que escuchaba a el. Es nostalgia de lo mucho que sentiamos la musica cuando la musica venia en cassette.

Yo sigo disfrutando de la musica, y me pongo mis discos favoritos, ahora en vinilo, cd o mp3, y los vivo intensamente, pero no es lo mismo. Descubro nuevos grupos, y hits increibles que me hacen sentirme genial, pero no es lo mismo.

Porque creo que no tengo tantos "discos favoritos" en vinilo o cd que los que tengo en cinta. Y tambien porque mas que discos favoritos, yo tenia cintas favoritas. Las cintas perfectas eran las de 60 minutos, a ser posible TDK, que eran las mejores. Al principio las cintas de 60 eran una putada, porque los discos solian ocupar menos de 45 minutos, por lo que lo logico era grabar dos discos en una cinta de 90, uno por cada cara, aunque eso presentaba otro problema: que ambos discos tenian que tener cierta coherencia. Tengo una cinta con el Dog Man Star de Suede por una cara y el Betty de Helmet por la otra, dos buenos discos, pero era totalmente incapaz de oirme la cinta entera. Un dia escuchaba una cara, y rebobinaba. Otro dia escuchaba la otra y rebobinaba. Asi que eran mejores las cintas de 60, porque se rebobinaban mas rapido, y porque la cinta podia ser practicamente entera el disco en cuestion, y luego algunas canciones sueltas del mismo artista, o de otro que pudieses escuchar con el mismo estado de animo. Una de mis cintas favoritas era la que tenia el primer disco de Violent Femmes, que ya de por si era fantastico. Pero al final de la cinta tenia canciones del primer disco de la Velvet (mi primer contacto con ellos), y canciones de Tom Waits que nunca he buscado de que disco son, pero que son las mejores canciones suyas que he oido nunca.


Las cintas tenian una existencia totalmente independiente de los discos en cuestion. Era como cuando pinchas, o haces una playlist: las cintas tenian un contexto que el disco, per se, no tiene. El Live Through This de Hole me gustaba cuando me dejaron el cd, pero me gusto mas aun cuando me lo grabe en una cinta que por el otro lado tenia el Mellowgold de Beck. Mi "disco" favorito de Joy Division es el Substance con canciones de Bauhaus al final. Una vez Todd de Le Shok me dijo que habia descubierto el punk cuando su tio le grabo una cinta con Black Flag por un lado y Misfits por el otro, pero no le puso pegatinas ni nada, asi que no sabia que cara era de quien, solo sabia que no podia dejar de escucharla. En mas de una ocasion, he apuntado mal los nombres de las canciones de un disco, y he estado toda la vida pensando que una cancion que me gustaba era otra, o incluso que un artista que me gustaba era en realidad uno que no me gustaba.


La cinta es el formato mas punk (entendiendo como punk el reblandecido DIY) que ha dado la musica. Cualquiera podia grabarse sus propios recopilatorios. Yo empece a hacerlo a los 9 años, creando una coleccion de cintas de 90 para escuchar en el walkman mientras jugaba a los GI Joes, o para sustituir las insufribles cintas de Sabina y Serrat con la que mis padres me torturaban en los viajes en coche. Aquella coleccion tuvo unos 20 y tantos volumenes a lo largo de los años, y todavia tiene que andar en algun lado de casa. La coleccion termino cuando mis gustos musicales dejaron de ser considerados aceptables por parte de mi familia, y, por tanto, no eran puestos en los viajes en coche.

Mi obsesion por la musica comenzo bastante antes de tener CD player, y tambien antes de apreciar al vinilo como es debido, por lo que los primeros discos que me compre fueron en cinta. Las primeras cintas que me compre fueron un recopilatorio de Rod Stewart y uno de los Shadows, al que siguio una de los Beach Boys. Despues decidi que era mucho mejor que me dejaran los discos y grabarmelos. Algo que, como lo de los viajes en coche, funciono hasta que no habia nadie ahi fuera que me pudiera dejar el disco de Beck, o el de Blind Melon, por lo que volvi a comprarme cintas originales. Pero curiosamente, cuando mas cintas empece a tener fue cuando tuve lector de CD. Como todo el mundo ya se compraba los discos en CD, pude empezar a pedir cds a la gente, y grabarmelos en cinta. La calidad del CD no era la misma que la de la cinta, pero ¿a quien le importaba la calidad de sonido a esa edad? Si el lo-fi tuvo exito fue porqe todos adorabamos ese sonido crujiente, chirriante y sucio de nuestras cintas favoritas. De repente llegaron Sebadoh o Pavement y daba igual que le escucharas en CD en un equipo hi-fi con Dolby Surround, porque sonaba exactamene igual que si estuviera en una cinta cutre, esa era parte de la magia. Lo-fi power = K7 power.


Hoy en dia, le dices a alguien por el MSN "Mira en Soulseek en esta carpeta mia, y bajate esa cancion". Hace no tantos años, a esa misma persona le habrias grabado una cinta. Las cintas de varios, o "mixtapes" si eres snob o angloparlante, han sido un factor mas determinante a la hora de descubrir nuevos grupos, que cualquier intento de los medios de comunicacion, ya sea radio o revistas musicales. En 1994 una cinta grabada por el novio de una amiga que trabaja para la revista Spiral y estaba estudiando en Berkeley, SF, me descubre a Huggy Bear ("Herjazz" se convierte en un exito instantaneo en mi walkman), Slant 6, Comet Gain, Wire o Bikini Kill. Al año siguiente, una cinta grabada de cinta grabada de cinta y asi hasta unas siete generaciones, a juzgar por el siseo de fondo, me descubre a Minor Threat, Buzzcocks, Husker Dü o Suicide. Tiempo despues, y a traves de una mailing list del sello de Chemikal Underground, vivi mi primer y ultimo tape circle. Un tape circle consiste en que uno graba una cinta, y se la envia a otra persona, la cual ha enviado otra cinta a otra persona, y asi, hasta formar un circulo. De este modo, todas las cintas acaban pasando por las manos de todos. La experiencia fue positiva porque las cintas que recibi tenian grupos muy chulos y poco conocidos, como Novak, Electroscope, o Avrovane. El problema es que como a la mitad del circulo, la gente se acabo quedando con las cintas y no enviandolas, algo comprensible cuando te toca mandar cintas todos los meses a Hong Kong.

El mundo del intercambio de cintas, mas alla del tape circle, era muy satisfactorio. Si era agradable recibir cintas hechas para ti (o copias de cintas que alguien habia grabado para otra persona), tambien lo era cuando tu hacias cintas para alguien, que luego eran copiadas a otra persona, y de esa a otra, etc. Me gustaria tener un localizador en cada una de las copias de cintas que yo haya hecho, para saber donde estan ahora. Uno hacia las cintas pensando en lo que le gustaba a la persona a la que iba dirigida. Era todo un ritual, en la que te tirabas toda una tarde, y a veces mas de una, en mirar todos tus discos, todas tus cintas, rebobinarlas hasta justo antes de la cancion que querias grabar, darle al pause still, y luego al REC. El ritual ganaba en intensidad si la cinta se la estabas grabando a una chica que te gustaba. Ahi no solo tenias que pensar en lo que a ella le gustaba, sino tambien en lo que a ti te gustaria que le gustara. Era una cosa rara. Uno ponia mucho de si mismo en esas cintas, y el ritual no acababa hasta que la chica escuchaba la cinta y te daba su opinion sobre ella. Dependiendo de si decia que le gustaba mas una u otra cancion, tu opinion de dicha chica, cambiaba. Siempre ha sido un gran metodo para ligar, lo de grabar cintas a las chicas. Bueno, no se si ellas estaran de acuerdo, es posible que no influyera nada, pero los chicos estamos muy convencidos de que es una muy buena arma para conquistar a una chica.

The beast is chewing tape

A pesar de que para mí fueron como una pesadilla que se magnetizaba o se carcomía, los cassettes significaron un arma para darle la vuelta a los problemas (si es que todavía, en los países subdesarrollados, puede considerarse un arma) que por diversas razones siempre terminaban hundiéndome. Sino un arma, una razón para quedarme quieto, sin pensar, sin obedecer, sin hacer nada. Eran tan pequeños y tan increíblemente feos. Había unos con cintas tan amarillas que parecían corbatas y otros con cintas tan negras que parecían líquido de cocacolas. Los que eran marca maxell eran transparentes y tenían dibujados a un lado (generalmente en el Lado A) estrellitas amarillas. Había unos de alumnio y habían unos amarillos que le gustaban tanto a mi hermanita que tronó varios con los dientes sin haberse escapado de unos putazos. Y tenía tantos prestados y tenía "prohibidos" y mi kit para salir eran ellos, mis walkman, y mi bolígrafo.

No recuerdo cuál fue el primero que compré pero sí recuerdo cuál fue el primero y el último que robé. Ocurría que si eras listo y robabas en Gigante podías hacerlo muchas veces, pero como nunca fui listo, mi encanto por las cuitas de Rififi se esfumaron en el momento en que estuve sentado en una oficina, con la cabeza casi en el suelo, frente a unas voces y unas caras que no recuerdo, pero que telefoneaban a mi madre y decían que se calmara. Puede ser mi única experiencia punk: 12 años, robando Slave to the grind y sorprendido por un par de cajeras que iban a comer.



Los que más adoré eran los más caros. Era difícil comprar cassettes en Monterrey. O los comprabas usados o los grababas, pero como tus amigos eran tan miserables como tú, generalmente no grababas nada. Sino grababas nada quizá era mejor porque generalmente tu reproductor tragaba las cintas. Siempre pensé, que haciendo una cara de Maculay Culkin, era más fácil pedir perdón por ello, que tragarse el coraje propio. Así que en un estante casi siempre me cabían a lo mucho 10, porque nunca (y creo que hasta la fecha) me he forjado la fama de coleccionista. Les daba vueltas y vueltas y los escuchaba mucho y los prestados los prestaba y los prestados de prestados los prestaba. Y en el inter, cuando las cosas se ponían peligrosas, por dar tantas prórrogas, yo me enamoraba perdidamente de los clicks. Si nadie se acuerda de los clicks que se escuchaban al presionar el "play" en esas tremendas grabadoras al estilo de los primeros "A Tribe Called Quest", no van a recordar mucho porque ese era el momento, para mí, más bello. Éso, y tener que rebobinar con el bolígrafo hasta que se te hinchara la muñeca.

Los éxitos de Erasure se me quedaron en un camión; me robaron en una fiesta "Ritual de lo habitual" y un EP de Alice in Chains (los dos, originales y el primero con la portada censurada); a una novia de secundaria le regalé una mezcla de las mejores baladas del rock en español; deshice en otra fiesta, al sacar bruscamente de un stereo de un auto, el "Nevermind the Bollocks" (cosa que la verdad le dolió más a un amigo que a mi); en una clase de la preparatoria, un maestro me quitó el "Meantime" de Helmet y se burló de la portada diciendo: "La escuela te prepara para un arte más óptimo y mira lo que vienes comprando"; el Monster de REM me lo grabó Jaime, el primero de los Ramones me lo grabó Vader, el Goo me lo grabó Puny, y el Naked City de John Zorn me lo grabó Aarón, todos ellos (lo juro) en la misma semana; Un amigo se deshizo de varios cassettes y me los trajó y ahí los tengo y entre ellos estaba el Big Science de Laurie Anderson; Tengo uno autografiado por los Prisioneros.

La verdad es que no hay balanza. No hay modo. No hay discusión. No puedes ponerlos a Jeopardy y descartar los formatos, jugar con las piezas pensando en la modernidad. El pedazo de plástico con dos agujeros como ojos era único.

Un día, tenía acaso 7 años, después de hacer la tarea, me dijo mi padre que de regalo, por haber sacado buenas calificaciones, me ganaba el vinilo de "Bad" de Michael Jackson. Se lo pedí en cassette.

Sunday, June 27, 2004

Magnetic tapes for a hungry generation.

Al ser el único formato accesible para tener en registro las rarezas musicales que han pasado por mis manos, los cessettes fueron por mucho tiempo también la artificialidad más idónea para hacer llegar a los amigos un poco de ésa música que dificilmente se conseguía, antes de la aplastante era de los formatos comprimidos.

El primero que recuerdo haber comprado: The queen is dead, de The Smiths, el music & more de Galerías (único punto de referencia por mucho, mucho tiempo) creo que cada cassette lo conseguías por unos 30 pesos. Por ahí de 1990 era el formato que más se vendía, tenían como toda una pared llena de portaditas coloridas, los que más abundaban eran los de heavy metal. Yo buscaba en la sección de “alternativo” y a veces, buscándole con mucha curiosidad encontraba algo bueno. Ahí compré Legacy of brutality de Misfits, Come on Pilgrim de Pixies y algún otro de los primeros de The Cure y R.E.M.


Muchos han de recordar esos días en que cuando ibas a Gigante a acompañar a tus papás a comprar el mandado, te encontrabas con una auténtica montaña de cajitas. Pues ahí yacía una selecta enciclopedía del rock alternativo; dígase The Jesus and Mary Chain, The Sugarcubes, Michael Penn, 10,000 Maniacs, Morrissey, Comouflage, o Human League. Saldos de una época ya para entonces añeja, pero que permitían a cualquier listillo ser descubridor de nuevas bandas. Creo que de 30 pesos que los daban en un principio, los bajaron hasta costar 5 pesos.

Solía comprarme una caja de diez cassettes vírgen para cada semana. Creo que llegué a juntarme unos 350 grabados, y dejar obsoletos unas tres caseteras, incluyendo la del componente sony de casa. Gustaba tanto, como un placer extraño, de hacer portadas con recortes de revistas de modas. Según Arturo debí de haber elegido la carrera de diseñador gráfico. Creo que esa manía la saqué de mi amigo Edson, él sí que era buen diseñador. Ahora muy apenas le ponemos los títulos a los cd-r.

Los cassettes también fueron el artífice más barato para grabar en las porta studio los ensayos y demos que tampoco nunca vieron la luz. De Cuando tocábamos en Tango Trece, Alambrista, o más recientemente con Los Lichis, quedan varios recuerdos buenos. Para ello era necesario sólo que el cassette fuera nuevo y calidad chromo o metal.


Quién no habrá utilizado la famosa técnica del cassette para conquistar a una chica inteligente,y ponerle nombre a la cinta e incluso enumerarlos como vol. I y vol II ? Me ha pasado que, yendo a fiestas encontraba cassettes en los que reconocía mi letra, de tantos que grababa, y que luego perdía o simplemente no me regresaban.

Ahora no sabría decir cual era uno de mis favoritos, pues cuento sólo con algunos demos malhechos, y los que hasta hace un año aun conservaba se los di en calidad de comodato a mi amigo Sergio, que tiene un taller y una buena casetera para estar dándole vueltas todo el día. Bueno, creo que sí, me quedo con la idea de haberme descubierto a Leonard Cohen gracias a un cassette de éxitos (The Best of Leonard Cohen) que encontré en el Puente del Papa por 5 pesos !!! Ëse tape le dio la vuelta a medio Monterrey y, casualmente volvió a mis manos.

Thursday, June 24, 2004

Marlbored

Más de dos horas, casi tres. Videoclip de lo más asqueroso de Van Damme pero en la tapa de Marc Dacascos. Todo esto, con pelucas a lo Farinelli y una pequeña cereza de 300 kilos con forma de dinosaurio (que aquí, con la astucia del francés más exótico, han querido pasar como un lobo). Asco. Si alguna vez pensaron que algo que vive puede morir muy fácil tengo el ejemplo más crudo de ello: Brotherhood of the wolf. Me la prestaron con esta cita textual: "Véela, está buena, a mi me gustó mucho"; y dudo que no la hayan visto así que sólo diré que, para una tarde, con mucho calor, es una infamia tan grande, como inyectarle anticongelante a tu mascota y encerrarla en el refri (hacérselo a uno mismo hemos visto ya que es batante cool), o golpear en la cara a un cura con un calcetín sucio.

I want my blog back =(

The Mountain Goats / We shall all be healed.

Alguna vez alguien lo llamó indie rock, ya por la idea de lo independiente, ya por el momento y el contexto que entendían los críticos de Puncture, aquella revista encargada de etiquetar fantasmas como éste, con justa o desacertada razón. Compositor cuasi instántaneo de melodías que son más bien efímeras y al mismo tiempo llegan hasta el tuétano. The Mountain Goats y John Darnielle son uno mismo. Ocasionalmente sus amigos colaboran tomando los instrumentos para acompañar la pieza de guitarra standard y voz aunque no siempre sean los más calificados para tal efecto, eso se nota. Sí, es el folk natural con una voz nueva y seductora, más no emula la de Ryan Adams o al más canónico precursor. En su producto de más reciente factura (All we shall be healed) sobresalen la mayoría de los 13 temas, y se me hace difícil decidirme por las tres o cinco mejores, todas tienen buen peso. El viaje como principal aliciente para detallar contrastes de otra cultura o situaciones para ecualizar en la estética literaria previamente leída. Ciudades como Melbourne, Alabama, Bristol, Georgia o Chihuahua son la tela para inventar una canción. Siempre tuve la idea de que Darnielle era una suerte de maestro de literatura, y pensaba; pues sí que se nota el background a juzgar por esas cesudas alusiones al mundo grecoromano o prehispánico, luego me dijeron que no, que en realidad antes de ser cantautor era enfermero, me sorprendí aun más, pero no me lo creí del todo, estaba claro que entonces no circulaba tanta información. Ahora está la máquina para saberlo pero quizás ya no es tan pertinente. Escucho este disco y me recuerda cuando lo escuché por primera vez en un cassete grabado y del otro lado venían unos tales Gastr del sol. Como diría el briago de Robert Pollard: We are quite pleased with the same old song. Que vivan los cantautores enfermeros, ya que hoy es día del rescatista.

I Go Out On Friday Morning

Escucho la version que del "Friday Night, Saturday Morning" de los Specials hacen Nouvelle Vague en el que, por el momento, es el disco del verano (disco descubierto por Celia, al cesar lo que es del cesar, como la ensalada), y, a la vez, me gusta y la odio. Prefiero esta version por motivos musicales. Pero prefiero la original, sea como sea, por motivos personales.

Llevo varios dias escuchando a los Specials por la mañana. Tengo el primer disco en vinilo, lo acerque al tocadiscos para una fiesta, no sono en esa fiesta, pero si lo ha ido haciendo varias mañanas despues de entonces. Empezar el dia escuchando "Nite Klub" da unas energias especiales. Tener presente "Concrete Jungle" cuando sales por la puerta te prepara para enfrentarte al calor, al asfalto, al metro, a las masas de gente que tambien van a trabajar, a los olores a humanidad, y a una jornada laboral que, pase lo que pase, sera odiosa.


Los Specials tienen ese aire de juerga, de lucha social mediante el pogo, de borrachera hablando de politica. Es algo que no me encanta, pero algo que controlo mas o menos, que he vivido. Se de que pie cojea la gente que juega a eso, la gente que hace eso.

Sin embargo esta version me incomoda. Una chica cantando de un modo nostalgico esas cosas, me da mal rollo. Es una chica de la que odiaria enamorarme, creo. Es una chica que me dejaria tirado, que me putearia, que me haria sufrir mucho. Pero es una chica que no podria evitar seguir a cualquier lado. Ella saldria el viernes por la noche, y volveria el sabado por la mañana, y yo la seguiria, intentaria estar con ella aunque ella miraria a otros, beberia demasiado, y al final de la noche, mas bien la mañana siguiente, tendria que llevarla a rastras a su casa. Me imagino con ella, bajandonos de un taxi, ella no puede ni tenerse en pie. La subo a su casa, la meto en la cama y se queda dormida. Yo me quedo un momento sentado en su cama, mirandola, y despues me voy. En la calle no hay nadie, los pajaros llevan rato cantando y hace frio. La vida es una puta mierda.

Por eso prefiero a los Specials. Yo no salgo el viernes por la noche y vuelvo el sabado por la mañana. Yo salgo el viernes por la mañana y vuelvo el viernes por la noche. Pero antes de salir, escuchare "Concrete Jungle", y sonreire mientras hago el pogo tonto en el baño. Porque estoy mayor para la melancolia. O quizas aun este demasiado joven.